Se va a proceder a excavaciones justo en el perímetro que ocupa la basílica de Begoña, porque según averiguaciones del departamento de arqueología de la diputación de Vizcaya, ahí justo en el fondo podría estar una población romana, a la que ya le han dado el nombre de Vecunia, de donde vendría el Begoña aunque sea este nombre de la Virgen datado más de medio milenio atrás.
El obispo de la diócesis ha aceptado bonus voluntatis la propuesta de excavación, aunque lo primero que van a encontrar y tener que trasladar son más de mil cadáveres de próceres allí enterrados junto a la amatxu de Begoña. Eso sí no se interrumpirá el culto. Tal aceptación sorprende porque las bases de la hipótesis Vecunia, como poblado anterior romano, son extraordinariamente débiles, un supuesto rótulo en latin referido por el jesuita Henao en el siglo XVII, pero sin prueba alguna, sobre unos "vecunienses" que habrían labrado un paso de calzada entre rocas a 15 kms actuales del santuario.
No pretendemos decir que no se hagan las excavaciones (menudo caso nos harían, pero esto es para que conste) porque a lo mejor se trata de un intercambio mutuo entre diócesis y arqueólogos oficiales, te dejo excavar, que levantes todo y luego me lo repones todo ya muy arreglado y reforzado, pues hace ya mucho tiempo de anteriores intervenciones y todo sin levantar una polvareda entre los enemigos de la iglesia.
Ahora bien, dejar excavar por la autoridad diocesana, supone hacer mutis a un hecho elemental en la acción de la Virgen en cuanto a la fundación de sus santuarios, esto es, que deben estar lógicamente en lugares vírgenes, son para asentar y propagar la presencia de María y para lo cual se disponen los milagros. Es el caso que justamente en los santuarios de María en el antiguo país vasco, tienen todos ellos una similitud que es que las gentes de cada lugar elegido, han querido enmendar la plana a la Virgen, queriendo fundar en otro sitio por razones humanas, unas veces más abajo de donde tiene lugar la aparición de una imagen, otras más arriba, como en el caso de Begoña. Incluso hoy día se sigue dando el caso, pues sólo hace unos pocos años con motivo de la llamada Y vasca, han removido el lugar del santuario de Ezkioga (que no llegaba ni a ermita al no estar aceptado por la Iglesia) y lo pusieron más arriba, porque estorbaba a los constructores viarios, el mismo lugar desde donde se profetizo la guerra civil.
En el ideario de los arqueólogos todo lo dicho es nada, leyendas y peor aún, estrategias de poder como fuente del surgimiento de iglesias y santuarios, un uso crematístico de la religión. Esto es lo que llevan en su mente, precedidos de miles y miles de libros y artículos con esa misma tesis, por tanto como tataranietos de la desmitificación, que en sí es una contrafe. Eso sí, se les da en nada que el mayor experto en epigrafía del siglo XIX, el alemán Hubner, estableciera que lo del padre Henao no tenía un mínimo sostén, sólo que el tema ha sido repetido por anteriores historiadores, pero sólo porque estaba en el libro del siglo XVII del jesuita.
Se ha dicho por el director científico del proceso, Santana, que podría ocurrir un hit como el de la mano de Irulegui descubierta el año pasado, un resto en bronce, que dado el clima de uso a favor de corrientes ideológicas que lleva un siglo en vigor, se ha convertido en un fenómeno popular, el cual si no era un resto falso sí se ha hecho falsía de interpretación "identitaria".
Por eso hay que estar atentos, ante cualquier posible mixtificación que pueda producirse, por ejemplo "recolocación" de restos romanos de otros sitios allí, lo que ya se ha producido en otros lugares como Iruña veleia. Sería un éxito "probar" que la colonización romana avanzada fue un hecho junto a la ría bilbaína, pero no entendiendose porqué habrían decidido hacer una población en una colina y no junto al propio mar cantábrico, como ocurriera con Oiasso/Irún, y puesto que existía la pax romana. No siendo hasta el siglo XIV cuando se fundó bilbao y eso junto a la ría. Pero el resultado "positivo" sería desdecir que el lugar fue elegido por la Virgen, y por tanto que el santuario no tiene origen divino sino humano. Si yo fuera el obispo, monseñor Segura, estaría temblando, aunque me arreglaran la base del templo.
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